Candil de la Calle

Diputados, la del estribo

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(Foto: Especial)

Termina su trienio la sexagésima segunda legislatura en el Congreso del estado, y en sus últimas horas hay un personaje de la vida pública —el único que hasta hoy he registrado— que no cabe en sí de agradecimiento a su gestión y en varios foros la ha externado, recio y quedito.

Es el gobernador Miguel Márquez Márquez.

Y eso es muy fácil de explicar.

Durante los tres años de trabajos legislativos, indudablemente que las iniciativas, las varias iniciativas presentadas por el gobernador Márquez en distintos temas y rubros (desde prohibición de nuevos casinos y centros nocturnos con table dance, pasando por una declaratoria de fiesta taurina como patrimonio, hasta solicitudes de autorización para más deuda) recibieron un tratamiento, digamos, excepcional de parte de diputadas y diputados, y fueron resueltos por la vía rápida, ipso facto, de la noche a la mañana, casi de inmediato y sin mucho chistar.

Bueno, baste recordar que hasta con el polémico proyecto Escudo que iba a blindar a nuestro estado (lo que no nos dijeron era que quedaría blindado y sellado en sus límites, pero ya con los bribones adentro) fue autorizado en una sesión de un veintitantos de diciembre, con los legisladores y el resto de los guanajuatenses con un pie en las vacaciones navideñas.

Claro, después vinieron los golpes de pecho, los reclamos y arrepentimientos, particularmente de esa oposición legislativa presuntamente encabezada por la bancada del PRI.

Una de las frases más usadas por los priistas en estos tres años, por cierto y dicho sea de paso, es aquélla de “no extenderemos un cheque en blanco”. La usaron para dar luz verde en la semioscuridad a Escudo y para los créditos autorizados al Ejecutivo, dos por miles de millones de pesos en estos tres años.

Y así, se la pasaron firmando puros cheques en blanco.

Hay que decir que uno de los más álgidos temas escudriñados desde el Legislativo fue el de las anomalías en la Secretaría de Salud del estado (léase Instituto de Salud Pública de Guanajuato, Isapeg) en el rubro de suministro de medicamentos y materiales de curación a través del Seguro Popular y en adquisición de instrumental para hospitales como el de León.

El escrutinio fue particularmente tenaz desde el grupo parlamentario del Partido Verde y en éste, desde la voz del diputado Sergio Contreras, quien tuvo la posibilidad de obtener información sobre el cúmulo de irregularidades y tranzas y también tuvo la posibilidad —y lo hizo— de exhibirlas, tanto en la tribuna, como en las glosas de los informes del gobernador Miguel Márquez, e incluso a nivel de denuncia formal.

En este repasón a grandes rasgos, hay que contar que una de las pocas cosas en las que todos los diputados se pusieron de acuerdo y también una de las escasas cosas en las que han dado continuidad (a decisiones tomadas por la Legislatura anterior, o sea, por los diputados que los antecedieron) es en la terminación del nuevo Palacio Legislativo, la nueva sede del Congreso, esa mole blanca cuyo pico sobresale de los cerros tras la unidad deportiva “orres Landa, a como dé lugar, aunque ya tampoco les tocará a ellos estrenarlo.

Sin embargo, sí se aprestaron y consiguieron un aval del Ejecutivo a fin de que les prestaran el dinero faltante para avanzar en su terminación (no sé si es el proyecto, o el tiempo que tiene a medias, pero es difícil visualizar ese edificio “terminado”) y… ya falta menos.

Por ahí, entre el olvido y el no me acuerdo, la fracción del PRD quedará registrada como la de más rápida pulverización. De los inicios combativos de la diputada Guadalupe Torres Rea no quedó más que la melancolía.

En la bitácora legislativa quedan las numerosas iniciativas presentadas, bajo su cuenta y riesgo, unipersonales, del representante de Nueva Alianza, Miguel Ángel Miranda Mazcorro, la mayoría de las cuales fueron bateadas por los 35 ocupantes de las curules restantes.

Una de las comisiones de peor memoria, al menos para el gremio periodístico será, sin duda alguna, la de Derechos Humanos, que mandó a la congeladora la iniciativa para la Ley de protección a personas defensoras de derechos humanos y periodistas. Por pura ignorancia, como casi todo lo que salió de la boca del presidente de esta comisión, el priista Felipe de Jesús Orozco.

Claro que varias de las diputadas y diputados que fueron elegidos para este cargo e iniciaron el trienio que concluye, no terminan el ciclo, porque desde meses atrás “chapulinearon” por otro cargo de elección: diputados federales o alcaldes. Unos ganaron, otros se quedaron chiflando en la loma, como…

¿Guillermo Romo, el diputado torero, payaso, chapulín colorado, priista converso a perredista por una candidatura y dos puestos para su familia?

El bufón de ésta, la antesala de los cortesanos del rey.