El Laberinto

La trampa de hacer trampa.

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La podemos encontrar en las elecciones, en los salones de clases, en las calles y en todos trabajos, hacer trampa es sin duda una especie de madre sobreprotectora de los problemas nacionales, pues por un lado los engendra y por el otro garantiza indefinidamente su existencia.

hqdefaultConlleva  una doble moral inmensa, para la mayoría  es de tontos  ser honesto e incluso se ejerce presión social sobre quien lo intenta, se sienten muy listos terminando rápido, engañando a los demás, ganando sin merecerlo y abandonando sus responsabilidades, pero cuando alguno es agraviado por otro tramposo entonces la cosa cambia y se abre paso a la indignación y a la protesta. Como leí alguna vez todos queremos que llegue el policía corrupto si nos pasamos un alto pero que nos toque el honrado si nos roban la bolsa.

Si usted se considera muy rebelde violando las reglas, le diré que no hay nada más conservador que hacer trampa, una regla estúpida o la autoridad que la impuso tienen su prevalencia garantizada en el momento en que se encuentra la forma de violarla en lugar de confrontarla y anularla, hay que agregar que si bien en la trampa una de las partes es burlada, en la corrupción se genera una comedia donde la otra parte no es burlada si no que acepta que se pase sobre ella a cambio de mantener las apariencias y su posición de poder.

220px-cheatingLa trampa crea una base pantanosa a lo que ingenuamente se posa en ella, fabrica falsa información que lleva a decisiones equivocadas; no sigue instrucciones y hace todo  mal duplicando los esfuerzos o creando círculos viciosos; infla presupuestos encareciéndolo todo; crea falsas identidades en las que creemos confiándoles el reconocimiento, la  vida, la seguridad o el patrimonio a seres que no están a la altura; viola la voluntad de las mayorías a favor de unos cuantos; destruye la educación ya que puede pasar por la escuela sin aprender absolutamente nada;  fractura los grupos pues se abre lugar a los secretos y a las desconfianzas  y  crea espejismos de progreso o de ayuda.  La trampa pone por encima las apariencias a las realidades, los resultados a  los procesos y  parecer a ser.

Por eso, y seguramente por muchas razones más es que hacer trampa se convierte en una trampa, de aquellas que se utilizan en la caza, que atrapa, asfixia y asesina a quienes caen en ella. Aceptar vivir en un lugar de tramposos es igual a caminar sobre un campo minado.