Histomagia

Fotos fantasmales

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Las fotografías antiguas son un aporte histórico para la sociedad dado que son un registro de los sucesos importantes en la cultura desde festividades, costumbres, pasando por ritos de vida y de muerte que marcan, de alguna manera, la vida de muchas de las personas cuya imagen es captada por la cámara. El asunto toma tintes macabros cuando en esas fotos se registran personajes o seres que pertenecen no a esta dimensión y que, por lo general, en el momento de tomar la imagen, nadie se da cuenta que están siendo acompañados por “ellos”.

Entre tantas fotos, se han registrado desde sombras corpóreas, niños, lucecitas llamadas orbes, personas que ya han muerto, hasta seres amorfos que desean con desesperación no salir de aquí. Guanajuato es una ciudad que da fe de esto, de hecho, una de las fotografías que han captado a un ser difuso, pareciera ser un adulto, que se interpone entre la cámara y su objetivo ahí en la banqueta, cerca de las escalinatas de la Alhóndiga de Granaditas, donde unos jóvenes se quieren llevar de recuerdo una foto nocturna del edificio histórico y se sientan en las losetas laterales sin imaginar que un visitante inesperado se les suma de forma misteriosa, es famosa internacionalmente. Hasta la fecha, nadie sabe qué o quién fue el ser que quiso estar inmortalizado de esta manera.

Recuerdo que hace unos meses, visité a una amiga que vive por La Presa de la Olla. Esas casas son tan antiguas que en verdad me daba miedo ir, pero como hace mucho que no la veía, me armé de valor y realicé la visita. En verdad es una casa hermosa, con paredes gruesas de adobe y piso de barro. Todo transcurría perfecto, y lo atribuí a que desde que llegué, estuve bajando a toda la corte celestial para que me protegiera de los seres antiguos que viven con ella. Mientras departíamos, mi amiga tomaba la consabida foto para subirla a sus distintas redes sociales. En fin, terminó la reunión ya casi para amanecer, y cansada llegué a mi casa a dormir. Desperté a media tarde y me dispuse a mirar mis redes sociales, ya sabía que mi amiga había posteado las fotos y quería verlas. Todas salieron muy bien, sólo una era muy perturbadora que hasta en este momento de acordarme, me dan escalofríos. Como yo había llevado mi guitarra para tocar y cantar en la bohemia, en una de las fotos mi amiga se acercó a mí para hacer un dueto, pero no imaginábamos que un ser de extraño rostro con ojos grandes, grises sin pupila, con la boca muy abierta como gritando o lanzando un alarido muy, pero muy cerquita de mí; de hecho, una de sus garras intentaba tocar las cuerdas de mi guitarra, quiso salir en la foto. Sé que dicen que la música calma a las bestias, pero para este ente queda claro que no funcionó.  De inmediato borré la foto de mi muro y me dediqué a postear imágenes de ángeles que me protegieran otra vez, porque estoy segura que si no se me acercó mucho más es porque yo estaba rezando, eso sí lo creo y agradezco a mis santos por ello.

Yo nunca escuché nada, ni un coro o una disfonía que me confundiera en el canto, pero… no sé, igual y tú sí puedes escucharla o incluso ver a ese ser fantasmal… ven, lee y anda Guanajuato.