Desde el Faro

Retratando a la Patria

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México es producto de realidades, tradiciones y cultura que al combinarse hacen difícil entender la mexicanidad, pero, al conjuntar presente y pasado podemos entender mejor lo que somos, y sin duda, la imagen guadalupana es un símbolo de identidad nacional.

Solo con repasar un poco nuestra historia nos damos cuenta que dicha imagen ha sido desplegada con enorme éxito en la cultura mexicana; los mexicanos la han hecho suya y la han transformado de diversas maneras, significados y asociaciones. Por ejemplo, desde finales del siglo XVII algunos pintores la representaban junto con la imagen del águila y el nopal tal vez con el afán de mostrar el naciente nacionalismo criollo. Luego, la imagen ha estado en los momentos difíciles del país, primero con Miguel Hidalgo, luego, en 1847 frente a la invasión de Estados Unidos, después, en la lucha contra los franceses.

Ahora se le ve en la piel de muchos jóvenes, con varios estilos de tatuaje, o en camisetas, hasta en libretas de apuntes con la forma de caricatura. Sí, la imagen, más que religiosa es un símbolo de cohesión social.

La imagen que ilustra esta breve reflexión, se titula “Retratando a la Patria”, es una clara alusión a la guadalupana y muestra a una indígena protegiendo a su hija, con cierta altivez y rebeldía, es la imagen femenina que protege, y que al mismo tiempo, parece estar dispuesta a enfrentarse con valentía al futuro.

El creador de la obra es José Chávez Morado, el generoso guanajuatense que siempre dijo ser ateo, pero que también manifestó muchas veces arrodillarse “donde se arrodilla el pueblo”.