Histomagia

AGUA BENDITA

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El día de la Cueva en Guanajuato en un día de fiesta popular. Las personas salen bajan sus callejones para reunirse a hacer el recorrido empezando por el Parque Florencio Antillón, pasando por La Presa de la Olla hasta subir el Cerro que nos lleva a ver con ensoñación y orgullo todo Guanajuato: Los Picachos. Ahí está la Cueva, una cueva consagrada a San Ignacio de Loyola, el santo que cuida de la ciudad, santo que es quien nos cuida de alquimias raras y hechizos cubriendo con su fe y oraciones el lugar mágico que es este lugar desde hace muchísimo tiempo.

Cuentan los que saben que el 24 de junio es el mero día de San Juan y ese día, sea como sea, tiene que llover a cántaros y este año, parecía que no se iba a cumplir ese designio mágico, estaba nublado, sí, pero como quería y no quería llover, y la esperanzadora lluvia llegó su cita el 24 por la tarde noche, lloviendo a cántaros, y todo el valle, los cerros, las plantas, los animales y nosotros, agradecidos por esa agua bendita que da paso a la magia de lluvia cada tarde llegará hasta casi noviembre. Sí, aquí el agua es cósmica, trae consigo el amor del cielo a la tierra, las madrugadas son bendecidas al igual que las almas de los muertos que ahora ya no deambulan, ahora ya caminan dirigiéndose a su lugar de descanso en la punta de los cerros, donde ven que sus vivos están cubiertos de bendiciones al tener el agua que necesitan para la comida, el aseo de sus casas, y el amor de sentirla en cada ducha que los limpia como la lluvia limpia la sierra, los cerros, los callejones y casas de Guanajuato.

Vivir aquí es una suerte, jamás estamos solos, siempre las almas nos acompañan, los seres queridos no nos dejan, ni tampoco los seres olvidados por sus vivos, por eso la fiesta se extiende por días para darle a las siguientes generaciones la enseñanza de que se debe de acudir al cerro a visitar al santo rector de esta ciudad y darle gracias porque cada año nos ayuda y cuida, al traer la magia de sus oraciones y lluvia y así nosotros descansemos en casa sabiendo que su compañía está en cada lugar que se moja con esa agua bendita que corre prístina por los cerros, cantarina, dando gracias a la vida que seguimos en esta tierra que bendice a todos y cada uno de los que vivimos aquí.

Dicen los que saben que siempre hay que captar agua de lluvia y guardarla en jarritos de barro, también comprar helechos en estas fechas, pues el agua y las esporas son mágicas y nos pueden ayudar a los hechizos que se vayan necesitando durante el año, claro, siempre para los cuidados de la familia y nuestra gente. ¿Quieres venir a la fiesta de La Cueva? aún tienes tiempo, siguen las festividades, anímate, ven, lee y anda Guanajuato.