La Magnífica Mazacuate

Compartir

Ya que estamos comenzando  un año nuevo, un nuevo ciclo, quisiera tocar un tema ligero, que tiene que ver con una serpiente que tiene muy fuerte simbología en el mundo de mitos y leyendas.

Nos referiremos a uno de esos animales con gran simbología, arquetípico, polivalente, polisémico, que ha sido reverenciado y temido por los habitantes de la antigua Mesoamérica. De las muchas serpientes, reales e imaginarias que se conocían en esa región en tiempos ancestrales, la Mazacuate, Mazacuata o Mazacóatl, despierta especial interés. En inglés se le conoce como al boa constrictor Mesoamericana o boa constrictor Centroamericana.

Boa/Mazacuate (Boa imperator)

La Mazacuate (Boa imperator = sinonamia, Boa constrictor imperator), Familia Boidae, se distribuye desde norte de México hasta al noreste de América del Sur en Colombia (Pérez, Alvarado et al, 2019). Es la especie más común en México. Llega a mediar hasta 3 o 4 metros y habita en diversos ecosistemas, desde los arbustos semiáridos hasta las selvas tropicales.

Esta especie habita en Cozumel, en el Caribe Mexicano, y es una especie introducida. Se cree que llegó a esa zona junto con otras serpientes que se dejaron en dos locaciones en la isla tras la filmación de la película «El Jardín de tía Isabel» in 1971 (E. Vázquez-Domínguez et al 2012).

La Mazacuate es una especie que prolifera con gran facilidad, y se alimenta de ranas, reptiles, aves y mamíferos pequeños y medianos, a los que mata por constricción.

La Mazacuate, como otras especies de boas, tiene un par de espolones, que no son otra cosa que vestigios de patas en la parte posterior de su cuerpo, a un lado de los genitales, y les utiliza el macho para estimular a la hembra durante el cortejo.

Esta especie es adoptada como mascota y se le utiliza en investigaciones, es muy popular en zoológicos, exhibiciones públicas y privadas. También es la especie que algunas bailarinas exóticas utilizan en sus presentaciones de burlesque. Es muy común ver esta especie en películas, series de televisión, documentales y varios sitios en internet y redes sociales.

Pero concentrándonos en México, voy a mencionar algunos ejemplos de la forma en que encontramos su imagen y su presencia.

Su carne es comestible, como lo refiere Fray Bernardino de Sahagún en sus crónicas. Varias partes de su cuerpo se utilizan en medicina tradicional, como ingrediente para curaciones.

La piel se utiliza para hacer ropa y accesorios, como cinturones, zapatos, brazaletes, vestidos, bolsas de mano, billeteras y sus vértebras se utilizan para hacer collares, pulseras y aretes (García-López et al, 2017 y mis propias observaciones).

Su uso es muy amplio dentro del mundo mágico-religioso, por ejemplo, los nahuas de Cuetzalan del Progreso, estado de Puebla, utilizan la Mazacuate junto con la Frijolera (Drymarchon melanurus), Familia Colubridae como parte de la «Danza de los Negritos».

Los orígenes de esa danza son africanos y en ella hay muchas referencias a las serpientes (García-López et al, 2017). En otras regiones de México se pueden observar rituales similares ya que es una criatura muy asociada con tradiciones folclóricas, creencias y supersticiones. En Cuetzalan del Progreso, Puebla, se le considera un animal benéfico, de buen augurio, que se encarga de proteger cosechas, librándolas de plagas. Esto puede ser por el hecho de que se alimenta de roedores, librando las cosechas de ratones y ratas, que acabarían con las plantas (García-López et al, 2017).

Entre los Zoques de Chiapas, la Mazacuate se asocia con Nawayomo (mujer mala o mujer de agua), una macabra seductora de vagina dentada, que tiene en sus genitales una cabeza y boca de culebra que seduce y mata hombres, en especial aquellos infieles, durante el acto sexual.

Los Huicholes (Wixarika) tienen en su folclor a la serpiente “wiexu”, una especie de mazacuate, según registra Schaeffer (2015) y se le considera un animal aliado de los humanos.

Pero quizá uno de los aspectos más intrigantes de las creencias que rodean a la Mazacuate, sea su conexión con la serpiente-venado o mazacóatl, un concepto que se utiliza en toda Mesoamérica, una entidad supernatural, muy ligada a enfermedades y males a lo largo de la región y mucho más allá (Nielson & Helmke, 2011). Existe un juego de palabras entre “venado” y “serpiente”, designando a serpientes grandes, en especial la Mazacuate, como serpiente venado (Boa imperator), (Nielson & Helmke 2011). 

En el mundo maya la encontramos como Chii-Kan, Chii-Chan entre los Chorti, Chih-chon de los tzotziles, en tanto que entre los Aztecas la encontramos como la Masakowatl (Mazacóatl), gusano o culebra grande que no hace mal (Molina 2001 —1571—, citada en Nielsielon & Helmke, 2011). Tanto mayas como aztecas tienen referencias a la Serpiente-Venado en sus respectivas iconografías.

De acuerdo con los escritos de Sahagún, la serpiente-venado tenía astas de venado en su cabeza, era muy grande, de color obscuro y vivía en cuevas, capturando a sus víctimas con su aliento.  También menciona que su carne era considerada por estas culturas ancestrales como afrodisíaco. Se creía que podía fortalecer la sexualidad masculina, aún si se consumía en exceso, pudiendo causar erección permanente o la muerte.

Baptistas, en su texto Confesionario Mexica y Castellano (1599), consideraba que la serpiente-venado era una criatura del averno, que vivía en Mictlán, la región de los muertos, junto con otras serpientes y criaturas como sapos y zorras que provocaban enfermedades.  En el estudio que Alcántara Rojas hizo sobre este texto, ella muestra cómo la mazacóatl se fusiona con creencias europeas sobre dragones.

Valga mencionar aquí, que en el mundo de la mitología, el folclore y la literatura, serpientes y dragones son a menudo seres intercambiables, criaturas a las que se nombra serpientes dragones o dragones serpientes.

Espero que este pequeño artículo sea de su agrado. Realidad, mito y leyenda, y el punto de contacto, la Madre Naturaleza.

Sea este un buen momento para reflexionar sobre la forma en que nos relacionamos con ella, la forma en que la podemos cuidar y la forma en que podamos seguir descubriendo sus secretos, muchos de ellos transmitidos en forma de cuentos, tradiciones y mitologías.

Aprovecho también, mis queridos lectores, para desear a todos ustedes lo mejor para este año y los venideros, y de mi parte, un abrazo fuerte, con mucho cariño para todos ustedes.

Referencias

Alcántara Rojas Berenice (2005). “El dragón y la mazacóatl: Criaturas del infierno en un Exemplum en Nahuatl de Fray Ioan Baptista”: Estudios de Cultura Náhuatl, vol 36: 384-422.

Nielson Jesper & Helmke Christopher (2011). Reinterpreting the PLAZA DE LOS GLIFOS, LA VENTILLA, TEOTIHUACAN. Ancient Mesoamerica (22):345-370. Cambridge University Press.

Pérez, Alvarado, et al. (2019). “Contribución al conocimiento de la dieta de la sepiente Mazacuata o Mazacoatl (Boa imperator Daudin 1803) en Veracruz, México”. Revista Latinoamericana de Herpetología, vol. 02 Núm. 2.

Romina, García-López et al. (2017). “Traditional use and perception of snakes by the Nahuas from Cuetzalán del Progreso, Puebla, Mexico”. Journal of Ethnobiology and Ethnomedicine. 13:6.

Sahagún, Bernardino de (1950-1982). Florentine codex: General history of the things of New Spain. 12 Vols, translated by Arthur J.O. Anderson & Charles E. Dibble. School of American research and university of Utah Press, Santa Fey and Salt lake city.

Schaeffer, Stacy B. (2015). Huichol, women, weavers and shamans. University of New Mexico Press.