Selección de Jorge Olmos Fuentes
El total de los poemas elegidos y publicados son de autores que tienen mucho que ver con Guanajuato, sea que hayan sido en esta tierra, sea que vivan en ella, con todo el resto de variaciones posibles. Al final de cuentas lo que ha prevalecido es la afinidad con el vital líquido, que aquí es también recurso poético, metáfora, imagen de una biografía propia, forma de decir un sentimiento. La única intención consiste en recuperar, de las propias páginas, un puñado de poemas para mirar con ojos muy abiertos la maravillosa concurrencia del agua, de la lluvia, y de todo el resto de variaciones posibles.
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En un abrir y cerrar de ojos
nos desatamos
la lluvia y yo
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Martha Alicia González Negrete, Menstruario (poesía), 1ª edición, Dirección Municipal de Cultura, Guanajuato, 2002.
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Memoria del agua
Suave en la piel del nombre del agua
breve resbala y dibuja el contorno de un mar
Canta en la cintura para volver a su paso de llovizna
Estalla en frutos terrenales
en avispas y collares de color
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Nace en el aliento
Corre por la calle de los niños
Levanta sus alas de espuma
al golpe de un pie
de un volar de papalotes
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Por debajo de la puerta desliza la carta de un nombre familiar y repetido
La zalea con su aroma de cabello
El tacto a la mano que interpreta
las letras de una tarde devorada
al borde de una gota
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Juan Manuel Ramírez Palomares, Estampas, 1ª edición, Universidad de Guanajuato (Biblioteca UniversitariaEx Libris 7), Guanajuato, 2006.
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Debajo de mi cuerpo, desnuda, eres la barca.
Arriba de mi cuerpo, desnuda, eres la vela
y no puedo decir que soy la barca entonces
porque arriba o abajo me contienes.
Sólo cuando yacemos de costado, abrazados, felices,
somos la misma barca
y el que navega es Dios.
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Del poema “La barca”. Baudelio Camarillo. La noche es el mar que nos separa. 1ª edición. La Rana (Premios Nacionales). Guanajuato. 2005.
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Contracorriente
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Tuve infancia de río
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Era luz cada hoja
que escribía su viaje en mi corriente
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Cristalinos
Mis ojos
Arrojaban guijarros sobre la piel del bosque
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Lo recuerdo
En mi lecho
dormía la sed de una pantera
y en mi trino
desde sus flores blancas
ya vendían sus nidos
los pájaros del alba
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Al crecer perdí el río
quedaron allá lejos los destellos del agua
pero hasta mis oídos continúa llegando
un diapasón
que arrulla
ecos de la distancia
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Edgard Cardoza Bravo, El prisma los colores, 1ª edición, Editorial Fuera de comercio, Querétaro, 2009.
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Las manos de agua dicen
que el monte de Venus
hoy día está con nubes
y furiosas tormentas.
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Bordéalo cuando escampe.
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Amaranta Caballero Prado, “Entre las líneas de las manos”. Teresa Avedoy, Amaranta Caballero Prado, Mariana Martínez Esténs, Tres triste tigras (Desde esta esquina), 1ª edición, Conaculta / Cecut (Poesía), Tijuana, 2004.
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Llueve
no el desamor ni el sueño
miro la curva de una espalda
mientras crece la tarde
y el aire esparce su colofón de miedo
los aromas del día
los pájaros de ayer
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la memoria nos cambia
los candados del tiempo siempre abren
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Jesús Rosales, “Memorial de polvo”. Jesús Rosales, José Luis Sierra, Benjamín Valdivia, La luz colérica, 1ª edición, Universidad Nacional Autónoma de México (El Ala del Tigre), México, 1998.
