Candil de la Calle

Explicaciones

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Sin duda México ha avanzado en la construcción de una ciudadanía democrática, pero después de dos siglos, seguimos sin poder tener elecciones limpias, el corporativismo se mantiene vivo, la división de poderes en algunos estados simplemente no existe, el respeto del Estado a los derechos del individuo necesita del batallar constante de las comisiones de derechos humanos y de las cortes internacionales para no hundirse y la partidocracia ha terminado por hacer de la representatividad una caricatura.

Lorenzo Meyer

Una mente lúcida como la de Lorenzo Meyer nos lleva al deja vu del camino a la plena ciudadanía, transitado por los mexicanos con mayor claridad o conciencia a partir del Movimiento de Independencia y hasta nuestros días.

Y lo que falta.

Meyer responsabiliza en menor y mayor medida al régimen septuagenario priista de cultivar hasta la perfección un presidencialismo que nos ahogó en autoritarismo, que no tuvo concesiones para el surgimiento de los contrapesos y que jugó a crear partidos satélite supuestamente de izquierda y soterró los movimientos de izquierda y de raíz comunista, que apenas esbozan las posibilidades de diversidad y de elección ideológica de los ciudadanos.

Es decir, que apenas nos pintan con muy relativa seriedad algunas opciones para que nos den ganas de participar en las decisiones colectivas de elección de partidos y gobernantes.

Nada más lejano hoy que el ejercicio pleno de la ciudadanía.

Estamos anclados al sistema o régimen de partidos políticos que nos han esclavizado en una rueda de la fortuna sin sentido, en la que suben y bajan los mismos personajes, unas veces abajo y otras veces arriba.

Los ciudadanos per se no pueden ser candidatos, no podemos serlo.

Se tiene que declinar de las convicciones o los proyectos impulsados por ciudadanos sin partido, y entrar en el juego de conveniencias, pactos, acuerdos, negociaciones y negocios que tienen entre sí los dirigentes de los partidos, y los partidos entre sí.

Ya ni siquiera se tienen que asumir ideologías, compromisos estatutarios, doctrinas partidistas.

Estos conceptos a profundidad han sido doblegados por el poder.

El poder por el poder, y el poder para mantener privilegios, impunidad, negocios a gran escala, prebendas, enriquecimiento personal o familiar, tráfico de influencias, pactos con los grandes capitales y hasta con los grandes delincuentes.

Es en este contexto en el que los ciudadanos de Guanajuato nos enfrentamos a un nuevo escenario electoral, a la nueva posibilidad del voto por el próximo presidente, por el siguiente gobernador, por los ayuntamientos que entrarán al relevo.

A las posibilidades que nuestro voto nos podrá o no dar en los siguientes años para fortalecer nuestra ciudadanía, nuestros derechos, nuestras obligaciones.

Cientos de miles de jóvenes ejercerán por primera o segunda ocasión la ciudadanía democrática a través del sufragio.

Me intriga sobremanera el sentido de su voto, las razones de su elección, su decisión de participar o no.

Casi tanto como me intriga hoy este país.

*

Verónica Espinosa es periodista. Ha desarrollado una importante trayectoria en medios impresos y electrónicos de la región desde hace ya varios lustros. Actualmente es corresponsal del semanario Proceso en el estado. Con más de una década de emisiones radiofónicas a sus espaldas, Candil de la Calle, prestigiada columna de opinión, análisis y crítica política ahora llega cada miércoles a través de igeteo.mx por escrito, para descubrir la desnudez de la política y la observación acerada sobre la cosa pública.