El afamado escritor español Miguel de Cervantes Saavedra nació en el año 1547 en Alcalá de Henares, España, bajo circunstancias de una familia modesta y con dificultades económicas. Su padre era médico y su madre una mujer de origen sencillo y humilde, por lo que en cuanto la familia tuvo oportunidad de buscar una mejor vida se mudó a Valladolid con el fin de conseguir trabajo en la corte.

Fue precisamente en Valladolid donde Miguel de Cervantes Saavedra comenzó con sus primeros estudios y sus biógrafos creen que fue en un colegio jesuita, más tarde al no mejorar su situación familiar su padre es encarcelado por deudas, por lo que la formación escolar del escritor fue suspendida, que no así su formación intelectual, la cual a pesar de ser improvisada y quizá autodidacta fue bastante fructífera.

Se presume, por indicios en su obra, que pudo haber visitado las universidades de Alcalá de Henares y la de Salamanca, pues dichos indicios se aproximan bastante al ambiente estudiantil real de la época.

Fue en 1569 cuando por un problema con la justicia española tuvo que abandonar España y huyó a Roma, donde incursionó en la milicia, carrera que posteriormente lo llevaría a participar en la Batalla de Lepanto, donde a consecuencia de una herida de guerra perdió total movilidad en su mano izquierda, condición que le valdría el sobrenombre de: “El manco de Lepanto”.

Luego de varios años de gira por Italia, intentó regresar a España pero en el transcurso de su viaje fue secuestrado por piratas y vendido como esclavo en Argel, donde permaneció bajo esa condición hasta que un enviado de su familia ofreció el rescate que pedían por él y fue hasta entonces cuando pudo volver a España en el año de 1580.

Y fue así que comenzó su carrera como escritor, además de que por necesidad aceptaba hacer algunos trabajos para la corte y además tuvo un cargo público como comisario real.

En 1584 contrajo matrimonio y un año después aparece publicada su primera novela La Galatea, de temática pastoril y sin mucho éxito ante el público.

No fue sino hasta 1605 cuando su más grande logro como escritor salió a la luz, la primera parte de su tragicómica novela El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, trabajo que lo coloca como el mejor y más emblemático escritor del periodo barroco español.

Esta obra posicionó al barroco español en el mundo, pues aunque sus demás escritores fueron bastante prolíficos ninguno logró alcanzar el nivel, la creatividad, ni la originalidad que tuvo el barroco inglés, por ejemplo, salvo por supuesto Miguel de Cervantes cuyo genio ha sido múltiples veces comparado con escritores de la talla de William Shakespeare.

Tras la salida de la primera parte de El Quijote, Cervantes tuvo que esperar todo un año para ver los frutos de su máxima obra, mismos que le permitieron publicar otros textos menos comerciales como sus conocidos Entremeses.

No fue sino hasta días antes de su muerte cuando pudo enviarle a Pedro Fernández de Castro y Andrade, su mecenas por varios años, la segunda y última parte de la novela Don Quijote de la Mancha, trabajo que completaría los esfuerzos literarios de este autor, redondeando la obra que puede reconocerse como la pionera de la novela moderna en lengua española, misma que actualmente es una de las traducidas a más lenguas en el mundo.

En definitiva, Cervantes no pudo vivir lo suficiente como para percibir el gran revuelo que su obra causó en todo el mundo pero sin duda su creatividad y originalidad le han brindado la inmortalidad y permanencia hasta los más actuales días del siglo XXI.

*

Yunuen Alvarado Rodríguez (1989, León, Gto.) es licenciada en Letras Españolas por la Universidad de Guanajuato.