¿Sucedió?

Ping III

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Hoy concluimos la crónica del simulador utilizado para medir la capacidad de un grupo determinado de convertirse en un auténtico equipo de trabajo y que se denomina “Ping”.

Decíamos que al lograr entre el 80% y el 100% de la meta que se propuso el grupo (después de haber jugado un paquete de 5 balones, o manos, y comparando su resultado con las estadísticas de lo logrado en promedio por los grupos de Japón, Europa y Estados Unidos), de acuerdo con lo que anotamos en las dos anteriores entregas.

Cuando el grupo alcanza más del 100%, contra lo que opinan la mayoría de los jugadores y observadores, estamos frente a un resultado negativo, pese a que se superó la meta… recuérdese que no estamos midiendo la máxima calificación posible alcanzada, sino la potencialidad de un grupo de convertirse en equipo de trabajo, y ello, de acuerdo con esta dinámica, se puede estimar con una correspondencia entre lo que el grupo considera que puede obtener y lo que en realidad logró, de tal suerte que si superó esa marca, quiere decir que el grupo tiene una pobre percepción de sí mismo, que no se considera capaz de llegar a objetivos altos o grandes, sino que se conforma con menos con tal de no frustrarse como ocurriría si se hubiera propuesto un fin más elevado y se quedara corto en su consecución.

Es decir, en esta suposición, el grupo se ha comportado de manera timorata, dado que teniendo el empaque para llegar a estadios más retadores se queda en su zona de confort y no echa mano de todos sus recursos, que a todas luces son superiores a los que alcanza a ver o a sentirse en posesión de. Por ello es que se considera que superar la meta implica un desconocimiento, por parte del grupo, de sus recursos, lo cual es fuente de despropósitos y de auto limitaciones.

Aparte del logro de la meta, que se ubica en la banda comprendida entre el 80 y el 100% de la misma, existe una tercera posibilidad o cinturón, el que se mide en la zona que queda por debajo de ese 80%, que también es un resultado no deseado. Aquí la situación es contraria a lo que pasó si el grupo superó su objetivo, o sea, sucede que tiene una alta idea de sí, sin que esté soportada por la realidad de sus recursos concretos, ocurre que se hace ilusiones y fantasea con grandes alcances, como dicen los angloparlantes: practica el “wishfull thinking”. Y esto también es muy peligroso en los equipos, pues se van a quedar cortos en cuanto a sus propósitos, con todas las consecuencias que ello lleva consigo, a nivel personal de cada equipero, a nivel grupal y, por supuesto, a nivel organizacional.

Como seguramente habrá intuido el lector, las deducciones y conclusiones que se obtienen del resultado (cualquiera que haya sido) ayuda al grupo a conocerse mejor y a ubicarse con mayor conocimiento de causa en su realidad actual, de tal modo que le facilita la planeación y ejecución de emprendimientos que le ayuden a incrementar sus fortalezas y a manejar adecuadamente sus áreas de oportunidad.

Además, el desarrollo mismo del simulador permitió que cada participante se haya puesto en contacto con sus propias conductas, emociones y actitudes a la hora de pretender trabajar en equipo; lo mismo que percibir las reacciones de sus compañeros. También pudo haber sido el caso de que se haya experimentado el estado creativo conocido como “flujo”, que explicamos en la anterior edición de esta columna y, desde luego, si fue el caso que se hayan puesto en contacto con la alegría y celebración que ocurre cuando se logra un objetivo.

Las celebraciones son importantes, implican el reconocimiento de la propia valía y la resonancia y pertenencia que se da en un ambiente determinado.

Un supervisor de educación secundaria del Estado de México se convirtió en un entusiasta promotor del “Ping”, lo ha utilizado con colaboradores y alumnos, hasta con padres de familia, y reporta los mejores resultados en la integración de los grupos y en la motivación que logran los mismos para alcanzar metas cada vez más altas.

Invitamos, pues, a los amables lectores a poner en práctica este sencillo, pero no simple simulador organizacional. Aseguramos que no se verán defraudados ni desilusionados.