Guanajuato es un mosaico contrastante; en verdad vivir en esta ciudad es continuamente una experiencia que tiende a ser paranormal. El estar rodeado por un ambiente de leyendas, momias, calles y plazas solitarias, le da un sabor espectacular a las noches. Experiencias macabras se viven en Guanajuato.
Me cuenta Virago, una muy buena amiga, que una de esas veces que tienes tiempo para poder salir con tus amigos, ella y su novio decidieron ir a comer pizza con algunos de sus colegas de la orquesta y del coro, ya era justo y necesario. Cuando terminaron de comer, de hecho ya fue cena, pues era muy noche, decidieron regresar caminando a sus casas, por ello se despidieron de sus colegas y se fueron a la parada del bus por si hubiera alguno de esos choferes despistados a esas horas de la noche. Conforme se acercaba la madrugada, la gente que ya estaba antes que ellos esperando, se iba yendo y, preocupados ambos por la nocturnidad y su soledad en esta ciudad llena de fantasmas y espectros, se miraban como diciendo si ya era hora de caminar o seguir en la espera de ese milagroso bus que nunca llegaba.