Histomagia

Oti, Oti…

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Ella se quedó en silencio, la casa estaba más quieta que de costumbre. De primera instancia no se le hizo extraño escuchar la voz de su madre, pero sorprendida se da cuenta de que no era posible que le hablara su mamá…

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Muchas de las cosas misteriosas que pasan en Guanajuato a veces son increíbles; esta ciudad es tan mágica que en verdad llegar a tu casa después de un viaje y que tu hogar huela a comida recién hecha como si tu casa te estuviera dando la bienvenida, o sentir que por las noches tu marido recién fallecido se recuesta como lo hiciera durante tantos años, o escuchar que alguien te llama por tu nombre en tu casa cuando estás solo, es tan común que por ello comprendes por qué la vida aquí es muy diferente al resto de los lugares en el mundo. Historias tan diversas se hablan en Guanajuato, como la que le pasó a mi suegra Otilia, a quien de cariño le decimos Boni, después de que su mamá falleció.

Ella me cuenta que cuando su mamá se quedaba en su casa de visita por largo tiempo, era su costumbre ver la tele en la sala y desde ahí le solicitaba lo que necesitara: “Oti dame agua, Oti ven conmigo”, y así la acostumbró, por lo que cuando le pasó esta historia que voy a contarles al principio no la sorprendió.

Me dice que una noche subió a su cocina para cenar; Doña Boni vive con su hijo, su nuera y su nieta, pero esa vez ellos se habían ido a una fiesta, por lo que mejor se dispuso a cenar sola. En esas estaba, viendo su programa de tv favorito en la cocina, ya por terminar su cena, bajar a su cuarto y dormir, cuando de repente escucha la voz de su mamá que le dice: “Oti, Oti…” ella en automático se asoma a la sala y responde: “Mande mamá” y no recibe respuesta alguna.

Ella se quedó en silencio, la casa estaba más quieta que de costumbre. De primera instancia no se le hizo extraño escuchar la voz de su madre, pero sorprendida se da cuenta de que no era posible que le hablara su mamá, pues su mami acababa de morir en la Ciudad de México y recién hace unos días habían llegado de darle santa sepultura aquí en el antiguo panteón de Santa Paula, ahí atrás del Museo de Las Momias. Así que más que miedo, en ese momento se dio cuenta de lo mucho que iba a extrañar a su mamá, pues ambas se quisieron y respetaron durante tanto tiempo, que es inolvidable el amor de una madre a su hija.

Doña Boni me dice que ella piensa que fue una despedida, pero recordándole que ella, lo quiera o no, estará cuidándola desde el más allá, pues el amor maternal trasciende todas las fronteras. ¿Quieres conocer a Doña Boni y que te cuente más de sus experiencias extranormales? Ven, lee y anda Guanajuato.