De Querétaro para el mundo (en el FIC)
Segunda de tres partes
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Benjamín Pacheco López
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Cuerpos detenidos en el espacio, en un gesto que no termina de concretarse y con un brillo enigmático, forman parte de las esculturas de la autoría de Rubén Maya. La instalación se titula Identidad Lumínico-Imaginaria y es exhibida en la Casa de Querétaro (hasta el 7 de noviembre), como parte de la participación del Instituto Queretano de la Cultura y las Artes, y dentro de la propuesta cultural de la edición 38 del Festival Internacional Cervantino (FIC).
Al igual que la inauguración del sitio, las esculturas fueron dadas a conocer el pasado 18 de septiembre. Son 6 piezas colocadas en dos cuartos e iluminadas con luz violeta.
Debido a la museografía, el espectador tiene la sensación de entrar a un mundo alejado de la luz y el ruido. Tras pasar un par de cortinas negras, en su mirada aparecen los cuerpos que parecen flotar en la estancia.
Las interrogantes emergen de inmediato al detectarse tres siluetas que se diferencian del grupo de sujetos que parecen correr en el aire, pues tienen encima plástico transparente. ¿Es algún tipo de piel aún por mudar? ¿Están en transición de convertirse en algo más?
En contraste, los cuerpos restantes flotan y brillan en su totalidad; en sus cráneos se aprecian más de un par de ojos, más abiertos, más expectantes.
Las cuencas no se limitan a la desnudez de los cuerpos, llenos de puntitos de colores azul, rojo, verde, amarillo y negro, sino que emergen de las piernas, los muslos, la espalda, los hombros y los genitales.
¿Quiénes son estos hombres? ¿A dónde van? ¿A quién esperan? Su posición igual se puede interpretar como de fuga, pronto escape, o guardia defensiva, pero se mantienen cautivos en una matriz cuadrada que emula, quizá, el pase a otra vida o galaxia.
Rubén Maya ya había planteado una muestra similar en la galería Tomás Chávez Morado de la Universidad de Guanajuato (UG), con la diferencia de que usó fetos que parecían emerger del piso.
