Juan García
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Esta mañana anduve por el jardín
la locura volvió a tomarme de la mano
y como de costumbre saludé a los árboles
que se hallan en el traspatio de mi pensamiento
no me he reído desde que estoy aquí
hay demasiado odio en el borde de mis labios
y además tengo miedo de estos momentos
en que uno cae al cielo por naderías
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he pasado junto al señor Director
él sabe que a veces veo ángeles
sin embargo nunca me pregunta si estoy mejor
él sabe muy bien que nadie está loco
y que buscamos adrede estar con vida
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al mediodía Bergeret me ofreció pan
estamos sentados desde hace siglos
para juzgar a quienes hacen el mal
y también para comer este pan
que nos ilumina las entrañas
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mañana voy a acordarme de que soy un hombre
voy a saltarme la vida de una vez
Dios dice que la soga es lo mejor
¿dolería morirse?
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pero esta noche tengo ganas de escribir:
siento como un pájaro desprendiéndose de mí
pero no es sino mi alma a la búsqueda del viento
no es sino yo mismo prisionero de mi cuerpo
quien observa la otra cara del día
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octubre viene y los transeúntes están muertos
en el fondo de una alameda triste donde el silencio es largo
el sentimiento de vivir ha partido para siempre
de este mundo bordado por una lluvia fina.
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El poeta Juan García nació en Casablanca, Marruecos en 1945. Enseguida de la revolución marroquí, emigra con sus padres a Canadá, en 1957. Enfermo de los nervios, desde 1968 reside con alguna frecuencia en asilos psiquiátricos. Más tarde cambió su residencia a Francia. La poesía es para él «un acto de amor cuya gratuidad conmueve al hombre en todas sus peregrinaciones espirituales». Libros: Alchimie du corps y Corps de gloire. Tr. Jorge Olmos Fuentes-Eveline Woitrin.