Alfredo Alvar Ezquerra analiza al Cervantes cronista

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Redacción

Guanajuato, Gto. 16 de noviembre de 2011.- Historiador y especialista del Siglo de Oro español, Alfredo Alvar Ezquerra presentó durante el segundo día de actividades del XXII Coloquio Cervantino Internacional la ponencia “Cervantes ante la narración de la historia”, en la que destacó la labor como cronista, del autor de El Quijote.

El historiador Alfredo Alvar en el CCI (Foto: Especial MIQ)

Así, la historia del Coloquio Cervantino y la historiografía en la obra de Miguel de Cervantes, confluyeron este año en la figura del académico correspondiente de la Real Academia de la Historia de España, Alfredo Alvar.

Pero antes de iniciar, Alvar refirió su pasado cervantista: “Esta es mi cuarta participación en el Coloquio. Yo conocí a Don Eulalio y además, se da la circunstancia que mi padre, Manuel Alvar, filólogo, participó en el primer Coloquio… y ahora la siguiente generación mantiene viva esta tradición”.

Ya entrando en materia, Alvar comentó que de los muchos perfiles de los que se pueden analizar a Miguel de Cervantes, uno de los más interesantes es el de historiador, el de narrador de historias, “pero de la historia verdadera, no la de ficción”.

“He tenido la fortuna de poder comparar textos de Cervantes con documentación de archivo histórico en España, en concreto, por ejemplo, de la pérdida de Túnez y de la Goleta. Las descripciones que hace Cervantes son prácticamente como si él lo hubiera vivido y visto”, comentó Alvar.

En ese sentido, la capacidad narrativa de Cervantes va más allá de las invenciones o las ficciones, logra emplear la historia como uno de sus rasgos más importantes.

De este modo, en varios de los textos del “Manco de Lepanto” se hace alusión a cuáles deben ser las condiciones teóricas y metodológicas de un historiador y para qué sirve la historia. Es decir, precisa Alvar, “que no es una creación literaria de ficción todo lo que tiene él en la cabeza, sino que tiene también unas reflexiones teóricas sobre el quehacer y el cómo hacer la historia”.

El cronista en Cervantes va forjándose por su relación con historiadores importantes de la época: en Valladolid, precisa Alvar, fue vecino de la viuda de Esteban de Garibay, quien fuera cronista oficial de Felipe II, lo que provoca pensar que sus lazos y conexiones son intensos y relevantes.

Retomando a Miguel de Cervantes en su labor como cronista, Alvar propone la siguiente reflexión: “la verdad histórica que el historiador debe escribir las cosas de verdad y eso no se da ahora, pues hay muchos historiadores que son paniaguados como eran paniaguados en el siglo XVI y XVII y escriben lo que sus pagadores les dicen que escriban, el pagador puede ser un particular o un Estado. Cervantes aboga por la escritura veraz de la historia; pero el lenguaje del historiador, antes o ahora, puede ser fatal y no hay quien los lea; entonces los novelistas cogen y ocupan el espacio del historiador porque el historiador no sabe transmitir.

“La novela histórica es una de las perversiones y de las prostituciones mayores que se han hecho de la historia, y es que la novela histórica como está vacía de problemas, no hace pensar y es un leer entretenido. Pero un historiador de verdad no necesita novela histórica, porque cuando entra en un archivo, cada papel, cada texto es un cuento o una novela”.