Expediente Ecológico

¿Omnipotentes o seres indefensos?

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Foto: Especial

Hoy en día todo el hemisferio norte padece de un muy crudo invierno que hasta el momento ha provocado una gran cantidad de muertes asociadas a las muy bajas temperaturas, intensas nevadas, fuertes tormentas de lluvia helada y hielo, además de nieblas muy densas. En fin el enumerar un sinnúmero de formas de precipitaciones o lo que es lo mismo un gran número de hidrometeoros sirve solo para mostrar los frágiles que somos ante los fenómenos de carácter natural.

Nunca como ahora se han presentado hasta 8 denominadas tormentas invernales. En la porción norte del continente americano esta cantidad es algo fuera de lo común al menos en años recientes, todo parece indicar que ahora se deberá buscar información sobre estos fenómenos en la paleo climatología con la finalidad de entender si estamos próximos a una nueva “era” de hielo o bien solo es algo temporal, y que esto nos devuelva la calma ante este intenso invierno.

Si bien es cierto que las condiciones extremas en las regiones meridionales y un poco más al norte han provocado varios daños, en las regiones medias han sido un bálsamo que permite nuevamente creer en las bondades de la naturaleza, al presentarse lluvias que dan vida al quedar confinadas en borderías, presas, terrazas acuíferos que se recargan con esta forma de lluvia de tipo continuo que no provoca erosión y si una muy importante infiltración que nos permitirá guardar agua para el futuro.

Debemos recordar que la mejor forma de atrapar agua es fomentar la reforestación de carácter intensiva que nos permita generar una mayor evapotranspiración que provoque la saturación del aire húmedo proveniente de ambos litorales, el cual llega muy disminuido hasta nuestras regiones por arriba de los 2000 metros sobre el nivel del mar y con una distancia considerable del Pacífico o del Golfo de México.

No debemos olvidar que a mayor confort, mayor consumo de agua, electricidad y por supuesto una muy intensa contaminación. debemos entender que todo por servir se acaba y acaba por no servir: Esperemos no sea el caso de nuestro planeta, ya que no tenemos otra casa.

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Nativo de Guanajuato, se inició en la meteorología a la edad de 17 años con Luis Miguel Campos Castillo. Trabajó con el Ing. Miguel Izaguirre Mendoza responsable de la meteorologia, sismologia y astronomía de la UG. Fue jefe del observatorio ante la ahora desaparecida SARH. Su formación la adquirió con el Servicio Meteorológico Nacional y dentro del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua con sede en el estado de Morelos. Ingresó a la CONAGUA en 1991 y hasta el 2007 como instructor y jefe del Observatorio Meteorológico de Guanajuato. Forma parte del personal de la UG desde 1982.