Candil de la Calle

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Todas las victorias engendran odio.

Baltasar Gracián


Juan Ignacio Torres Landa en la sede estatal del PRI (Foto: Archivo)

Vaya que los priístas saben mantener el estilo… hasta para perder el estilo.

El domingo, durante la sesión de la Comisión Estatal de Procesos Internos, efectuada, según lo marcado en la convocatoria, para recibir el o los registros de aspirantes a la candidatura a gobernador por el tricolor, cumplieron al pie de la letra con el formato del dedazo premeditado, ordenado desde el Comité Nacional del partido una semana atrás, cuando Pedro Joaquín Coldwell y Emilio Gamboa presentaron a Juan Ignacio Torres Landa como “el candidato de unidad” del nuevo PRI en Guanajuato.

Viejos estilos… ni siquiera con un nuevo vocabulario.

“Los sectores y organizaciones se pronunciaron por Juan Ignacio Torres Landa, bla, bla, bla…”, se escuchó de voz del nuevo Fidel, el viejo Emilio Gamboa en este pretendido albazo a la propia convocatoria del partido que marca tiempos, registros, precampañas, convención.

Llegó el domingo… y antes que Juan Ignacio se apareció el alcalde con licencia de Pueblo Nuevo, Leonardo Solórzano Villanueva, tal y como lo había anticipado, en amenaza con tufo wintilista en ciernes, como nube negra sobre los cielos del PRI del dedazo, del candidato único.

Y entregó sus documentos de registro. Y se los recibieron. Y llevó a su gente. Y le prestaron un micrófono. Y todos los integrantes de la Comisión sentaditos en el escenario del auditorio Colosio, con el gobernador que nunca gobernó, Ramón Aguirre Velázquez, como presidente de este órgano tricolor.

Y que se retiran Leonardo Solórzano y sus huestes, y que llegan las de Torres Landa… y que todo el escenario se transforma, se vuelca en desbordante descaro, en irreprimible alud.

En la cargada.

Todo el escenario para el “aspirante”… al que los maestros de ceremonias, del partido o del equipo del aspirante, indistintamente le llamaban “nuestro candidato… perdón, precandidato”, en involuntaria traición del consciente que cometían una y otra vez.

Podio para que hable el candidato… perdón, el precandidato. Los de la Comisión de Procesos, responsables del evento, cabezas del protocolo, eran lo de menos, los amontonaban, los apretaban unos contra otros para que cupiera la gente del candidato… perdón, del precandidato.

“Por favor, los jóvenes de la JP (Juventud Popular) háganle la valla a nuestro candidato… perdón, al precandidato”, pedían una y otra y otra vez.

“Juani” llegó, pronunció su discurso de reivindicación, de recuperación del honor perdido, entregó sus documentos, ofreció una conferencia de prensa para la cual se dispuso del salón “Presidentes” del partido…y se retiró.

El lunes, plazo establecido por la convocatoria priísta para sacar adelante el dictamen sobre la procedencia de los registros, los integrantes de la Comisión de Procesos Internos hicieron el día largo, largo.

Para lo que ya se veía venir. Las formas, en estos casos, ya son lo de menos.

Argumentos de la Comisión estatal de Procesos Internos del PRI para declarar improcedente el registro de Leonardo Solórzano Villanueva como aspirante a la candidatura a gobernador: cuatro presidentes de los comités municipales que lo habían apoyado (con excepción del de Pueblo Nuevo, quien es su hermano) “fueron llamados” para verificar si efectivamente habían firmado, en una por demás acuciosa (y sospechosa) intervención de la Comisión… y ellos “dijeron que mejor con Juani”. Villagrán, Tierra Blanca, Pénjamo y Cuerámaro.

O sea, según el dictamen oficial, Leonardo no había llevado a toda la cargada.

Nomás un pedacito.

Independientemente de las motivaciones que empujan al alcalde con licencia de Pueblo Nuevo a mover el tapete al priismo de la cargada, éste ha dado una demostración de cómo la unidad es una marca registrada que defenderá con todos los artificios posibles.

Qué importa el espectáculo que brindan a los guanajuatenses.

*

Verónica Espinosa es periodista. Ha desarrollado una importante trayectoria en medios impresos y electrónicos de la región desde hace ya varios lustros. Actualmente es corresponsal del semanario Proceso en el estado. Con más de una década de emisiones radiofónicas a sus espaldas, Candil de la Calle, prestigiada columna de opinión, análisis y crítica política ahora llega cada miércoles a través de igeteo.mx por escrito, para descubrir la desnudez de la política y la observación acerada sobre la cosa pública.