Carmen Pizano
Guanajuato, Gto. 13 de mayo de 2012.- “No nos pueden silenciar a todos” fue el reclamo con el que periodistas de Guanajuato exigieron a las autoridades seguridad para los profesionales de la información.
Al reclamo de “por tu derecho a saber, y mi derecho a informar”, se unieron reporteros, analistas, académicos y sociedad en general que se dieron cita en la Plaza de la Paz para recordar los asesinatos de los periodistas en México, uno de los casos más recientes, el de Regina Martínez, corresponsal de la revista Proceso en Veracurz.
En los últimos 10 años, en México han sido asesinado 83 profesionales de la información, según la organización Reporteros Sin Fronteras.
Entre los casos más recientes se encuentra el de Regina Martínez, quien fue asesinada el pasado 28 de abril en su casa en la ciudad de Xalapa, Veracruz, además de que el 3 de mayo en aquel estado también localizaron los cuerpos de 3 foto-reporteros.
A la convocatoria de la compañera periodista, Verónica Espinoza, corresponsal de la revista Proceso en Guanajuato, se unieron analistas, músicos, académicos y personas que transitaban por el monumento en la Plaza de la Paz para exigir un alto a los ataques contra los periodistas.
Miriam Gasca, corresponsal del grupo Radio Centro de fue la encargada de leer la reseña de Regina Martínez escrita por Verónica Espinoza, donde recordó el trabajo y la dedicación de la ex corresponsal de Proceso en Veracruz por informar.
Eliazar Velázquez, cronista y escritor, tomó el micrófono para reclamar por las condiciones de inseguridad en la que se encuentra el país.
El trovador de los Los Leones de la Sierra de Xichú, Guillermo Velázquez, versó “nublan la verdad de los hechos reales, spots oficiales y publicidad, hay una orfandad, hay un sin sentido la noche ha cundido, la maleza crece mientras amanece, memoria les pido”.
“Se percibe un decaimiento como de flores, pesar en las miradas, hay un íntimo lamento de angustia, de sufrimiento que hasta los huesos nos cala, tanta impunidad se inhala y es la estación tan violenta que ya ni el sol nos calienta y la hierba crece rala”.
Durante un minuto los asistentes aplaudieron en memoria de quienes han dejado la pluma y que todavía sus muertes están impunes.
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