Una Colorada(vale más que cien Descoloridas)

Sí es posible

Compartir

Mientras un millón de niños está en riesgo inminente de morir de hambre en el mundo, los líderes de 20 países se reúnen para dilucidar sobre diversas posibilidades de salir de la crisis financiera que agobia al planeta. ¿Qué factores han llevado al fracaso los ideales de progreso y riqueza planteados por el capitalismo? ¿Será únicamente el corporativismo sindical que según sus detractores se ha convertido en poder de facto? ¿Es la comercialización mundial de estupefacientes, personas y armas, el elemento destructor de un ideal de abundancia para todos?

Para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo, decían los abuelos; si los problemas han sido diagnosticados, los resultados evaluados y las soluciones son en todo caso simples, ¿por qué en 6, 12 o 20 años no se han resuelto? ¿Con qué cara el ex-procurador de justicia del DF, quien recibió no una sino miles de denuncias acerca de los cuarenta mil puntos de venta de droga en la ciudad, promete a los votantes de Tlalpan que “no permitirá la proliferación de antros y bares en inmediaciones de escuelas”?

Más de trescientos millones de pesos reconoce solo la presidencia del señor Calderón, haber gastado en publicidad durante el sexenio cuyos últimos estertores angustian a muchos. Podremos encontrar algunas de las desviaciones si a esto se le suma lo despilfarrado en el mismo rubro por toda la burocracia de los tres niveles de gobierno, más el desperdicio de programas como el Renaut[1] que se anuncia cínicamente será destruido —así nada más, sin responsabilidades para el autor de la “genial” idea, ni mucho menos los amigos favorecidos por ésta— y los millones de pesos manejados fuera de las arcas nacionales, aportados por quienes se ven obligados en el comercio informal a pagar derecho de piso a autoridades corruptas de los gobiernos locales, como ocurre con escándalo en la ciudad de México. ¿Qué no el sistema neoliberal del comercio pregona que lo importante es la ganancia? ¿Por qué entonces habríamos de perseguir a sujetos tan eficientes en este tema como los traficantes de todo lo malo? ¿Quién decide cuales son los grupos privilegiados para vender piratería, contrabando y hasta robado? ¿Será porque ha ofrecido terminar con esto, que en los altos círculos del poder le tienen terror a Beatriz Paredes?

A los grandes expertos del G20, custodiados como nunca se lo imaginaría un niño que en el trayecto de su casa al aula debe cruzar por calles sin iluminación o barrancas y puentes peligrosos en el ámbito rural, lo que deberíamos recomendarles es que fueran honestos. ¿Cómo puede resolverse el problema del hambre si en vez de invertir en el campo, se gastan miles de millones de dólares, en la construcción de centros de convenciones, pagos estratosféricos de viajes que al final del día casi siempre concluyen sin aportaciones trascendentes, turismo de primerísimo nivel para primeras damas y —otra vez— propaganda promotora de imágenes personales?

Comunidades que se atrevieron a organizarse, lograron cambiar su sistema, castigar a los usureros y exhibir a los gobiernos que los solapaban y son hoy las que ocupan el primer lugar en progreso, honestidad y beneficios para todos. Islandia es un ejemplo. Son menos de medio millón de personas, pero ¿que impide a quinientos mil coyoacanenses hacer lo mismo? ¿Dónde está el escollo para que comunidades oaxaqueñas digan basta?

¿Qué les falta a los pilotos, azafatas y clientes de Mexicana de Aviación, para obligar a un gobierno cuyos alfiles —en la Secretaría del Trabajo y de Comunicaciones y Transportes— jugaron con todas la marrullerías imaginables solo para favorecer a otras compañías que seguramente les ofrecieron beneficios? ¿Por qué serían menos responsables estos piratas que aquel tepiteño que reproduce discos en su casa y los vende a 10 pesos?

Con amplia visión, la señora Wallace —que por cierto es un derivado inglés de Paredes— pide se audite a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda —SEDUVI— del gobierno de Marcelo Ebrad ¿Avalará esto el partido que la postuló, si muchos de los contubernios son con simpatizantes panistas e incluso con autoridades federales como CONACULTA? Ante una corrupción e impunidad generalizada pareciera que más allá de los discursos electorales nada es factible. Sin embargo habemos miles, millones de personas convencidas que un nuevo orden económico, social y axiológico es posible. Se requiere mucho más que retórica. El ímpetu juvenil —que la edad ha apagado en muchos— debe combinarse con la experiencia. Años vividos que nos enseñaron a quienes antes luchamos en la trinchera y en las calles que hay expertos en manipulación dispuestos a usar la carne de cañón, para descalificar, enfrentar, dividir y luego sustituir por lo que a unos pocos conviene. Pasó en los Estados Unidos con los seguidores de Martin Luther King y otros promotores de los derechos civiles y a la no discriminación por raza u origen.

Ocurre en el medio oriente o en Corea donde las familias quedan en lados opuestos de la raya de la paz; lo sufren poblaciones de la ex Unión Soviética, donde las mafias parecen ser las que se imponen sobre mujeres y niños explotados en el comercio sexual, y parece martirio eterno iniciado hace mas de 500 años en poblaciones latinoamericanas que no dejan de sufrir un colonialismo a ultranza a cuyos perpetradores recibimos con ofrendas y los brazos abiertos. Digamos “¡Ya Basta! Sí es posible un mundo mejor para nuestros descendientes”.

*

[1] Registro Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil.