Expediente Ecológico

Ayuda divina

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Lluvias en Guanajuato (Foto: Archivo)

El siglo XXI tiene grandes avances en todos y cada uno de los aspectos de la vida cotidiana y no podemos más que sorprendernos. Por lo tanto hablar hoy en día de pedir ayuda divina se convierte en algo verdaderamente fuera de todo contexto. Para poder entender un poco a qué nos referimos, trataremos de explicar un poco sobre la liga entre los avances tecnológicos y las solicitudes divinas.

Hoy sabemos que podemos hacer casi todo lo que se quiera, basados en el poder tecnológico y la capacidad económica. Como por ejemplo desalinizar agua de los océanos y convertir zonas desérticas en verdaderos vergeles, obtener agua del aire mismo, propiciar la lluvia bajo estimulación inducida, mediante algunos métodos que permiten la maduración y por lo tanto tener casi la capacidad de producir lluvia llamada artificial.

Uno de los grandes avances de esta época moderna sin duda es el saneamiento del agua para darle uno o más usos que permiten en esta reutilización grandes ahorros no solo en el agua misma, también en los costos de extracción en el caso del agua subterránea. En fin podemos hablar de grandes logros y la gran mayoría de estos ligados al conocimiento de muchas mentes brillantes. Por lo cual hablar hoy en día de realizar misas para pedir ayuda desde el cielo suena como algo verdaderamente incongruente. Y no hablo de la gente común, hablo de los “técnicos” dedicados o mejor dicho puestos ahí para dirigir la tan vital responsabilidad de llevar agua hasta nuestras casas. Además de que existen algunos políticos mañosos que juegan con las creencias de mucha gente.

Así que debemos despertar y no esperar que la o las divinidades nos hagan los milagros que requerimos constantemente en una región con grandes dificultades climatológicas que sin duda nosotros la mayoría hemos llevado al extremo al contaminar y crecer de forma por demás desordenada. En estos segundos que nos ha tocado vivir de acuerdo a la vida de la Tierra, le hemos demostrado que no somos dignos de habitarla y menos de pensar que la divinidad nos solucionará todo o bien los políticos que de conocimiento integral tienen lo que yo tengo de cura.

Pongamos manos a la obra y no esperemos ayuda divina cuando tal vez no nos la merecemos.