Un Cronopio

El respeto por los animales, ¿el respeto por el otro?

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(Foto: Especial)

¿Cuántas veces nos hemos cuestionado el porqué de la crueldad en el mundo, derivada en todas sus formas; la guerra, la pobreza, el maltrato a niños o mujeres, la discriminación, etc.?  La vida se entreteje con el dolor y la destrucción, lejos del respeto por el otro, la intolerancia por lo que es diferente se hace presente y nos causa malestar. El hombre racional, el que transforma la naturaleza para su beneficio, el que cree conocer las leyes del cosmos, el único que se ha sentido Dios en su afán de crear un sinnúmero de objetos innecesarios para la vida, a costa de la destrucción de su propio medio.

Porque es el hombre el único hacedor de la historia y la cultura, el que educa y crea leyes para salvaguardar la vida. Por ello, como seres humanos  pensantes, somos los únicos capaces de reconocer los límites que hemos trasgredido en nuestro mundo, y asimismo debemos de restaurar el respeto por los demás seres vivos  que coexisten en el  planeta. Porque el  maltrato a los seres vivos (flora y fauna), la explotación desmesurada del medio ambiente, son sólo el reflejo de nuestra  propia autodestrucción.

Durante mucho tiempo y en diversas culturas, la convivencia con los animales y con la naturaleza fue siempre de respeto; antes de que nuestra sociedad fuera Teológica, adjudicó a su medio natural el principio de todas las cosas, siendo la naturaleza perfecta y suficiente por sí misma, mientras que en otras culturas los animales siempre fueron vistos como  un símbolo de divinidad.

Hoy en día, la explotación animal y la extinción paulatina de miles de especies, nos hace reflexionar sobre la relación del hombre con su entorno, relación entrañable como cuando podíamos percibir a la naturaleza como unidad, o la conexión casi perdida del hombre con su medio, conexión filosófica elemental a través del tiempo.

Sin embargo, la preocupación latente por restaurar el respeto hacia las diversas especies  se gesta en diversas organizaciones que buscan fomentar la conciencia de dicho postura, y asegurarse  de que las leyes que existen para la protección del medio ambiente se cumplan en nuestra sociedad. En 1978 se hizo la Declaración Universal de los Derechos de los Animales, que después fue aprobada por la ONU, en dicha declaración se proclaman los postulados básicos para todas las especies animales; desde  el derecho a la vida, a la atención y cuidado por parte del ser humano, a vivir de acuerdo a las condiciones necesarias de su especie; ya sean terrestres, aéreas o acuáticas y por ende para que cumplan su ciclo de reproducción natural de vida, etc. La tarea fundamental es ahora de concientización, de educar a las personas y mostrarles que para el desarrollo de la vida debemos respetar nuestro mundo y a todo ser vivo que habite en él. Debemos, como sociedad, hacer una reflexión profunda acerca de nuestras conductas hacia los animales o de nuestra forma de lucrar con ellos; como la venta de pieles, que a través del tiempo ha circulado en el mercado negro y ha logrado la desaparición de especies que ya estaban en peligro de extinción.  O qué decir de los circos, de los cuales, miles hoy en día violan impunemente los Derechos de los Animales, pues las especies son sometidas al maltrato, además de no vivir en las condiciones biológicas necesarias para su desarrollo y reproducción.  Además, los animales que hemos logrado domesticar no reciben un trato digno, las personas ignoran que una mascota requiere cuidados, gastos y sacrificios, por ello en nuestro país no existe un control en la adopción de mascotas, y así el maltrato y la violencia se hacen presentes en la vida cotidiana.

La crueldad humana del maltrato animal que circula hoy en día en los medios, muchas veces como forma de reflexión, nos deja un mal sabor de boca, debemos educar con el ejemplo, apoyando campañas que protejan a todas las especies animales. Dejemos claro que no somos dueños de este mundo y que debemos respetar al resto de los seres vivos que cohabitan en él. Esta postura totalmente egoísta en la que el hombre se sumerge como dueño de todo cuanto existe en el planeta, debe de transformarse, pues no somos más que pasajeros en el universo, nuestra finitud nos lo recuerda a cada instante.

Así como el primer postulado de la Declaración Universal de los Derechos Humanos reza que todos tenemos derecho a la vida, es nuestra responsabilidad respetar todo tipo de vida en el mundo.

Y una última cuestión es esencial: ¿Si no podemos coexistir en armonía, sin violentar a los animales ni a nuestro propio medio, seremos capaces de reconocer la otredad, al otro como persona, como individuo, como ser?

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La columna se titula “Un cronopio” porque tiene como referente a la obra literaria de Cortázar, quien explicó que el nombre cronopio se le había ocurrido por primera vez en el teatro,  como resultado de una visión fantástica de pequeños globos verdes flotando alrededor en el semi-vacío teatro. Finalmente los cronopios terminan siendo poemas sin rimas, dibujos fuera de cuadro, personajes de cuentos de la obra de Cortázar.

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Adriana Ugalde Delgado estudia la licenciatura en Filosofía, es además una lectora ferviente de obras poéticas, literarias y filosóficas; en algunas ocasiones cuando encuentra la inspiración, gusta de escribir poesía, ensayos y/o artículos de opinión. Le apasiona el arte en todas sus representaciones, en especial la música y la pintura. Actualmente se desempeña como reportera en un periódico de difusión nacional.