Literaria

El teatro isabelino: características e innovaciones escénicas

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El llamado Teatro Isabelino abarca las obras escritas y representadas en el periodo de reinado  de Isabel I de Inglaterra y algunas actuaciones hechas posteriormente cuando Jacobo I subió al trono. Este teatro se asocia directamente con William Shakespeare porque es evidentemente la figura más representativa del teatro inglés, sin embargo también proliferaron autores menores que escribían y representaban obras con temas muy variados y bastante abiertos para la mentalidad de esa época, situación que provocó que el teatro se convirtiera en una actividad prohibida y por consecuencia los recintos teatrales debían construirse fuera de las ciudades, lejos de la jurisdicción de las autoridades.

En cuanto a características formales, el teatro isabelino es un ejemplo principal para la autorreferencia, es decir, la presencia del teatro dentro del teatro mismo, recurso que los actores realizan involucrando al público en la escena y al mismo tiempo involucrándose como personajes en la vida real, creando una sensación de mucha más identificación del espectador con lo que sucede en la escena.

El teatro isabelino también se caracteriza por ser pionero en los movimientos temporales como actualmente los maneja el cine, las escenas se representaban seguidas una de la otra, sin entremeses y entre una escena y otra pasaban días enteros o incluso meses, rompiendo con la ley aristotélica de tiempo, lugar y acción.

En lo que a los actores se refiere, este tipo de teatro también posee peculiaridades puesto que por el puritanismo que imperaba en la sociedad del momento, la contratación de actrices estaba determinantemente prohibida y los papeles femeninos tenían que ser representados por actores, lo que de ningún modo le restó popularidad.

El teatro isabelino poco a poco fue obteniendo más y más reconocimiento entre la gente hasta que se convirtió en un pasatiempo verdaderamente popular puesto que el público lograba tener una identificación con las situaciones que enfrentaba día con día.

Las compañías de actores de esa época por lo regular eran mantenidas por un aristócrata que funcionaba como mecenas, quien podía o no pertenecer a la compañía de actores pero que sí era un gran aficionado que les proveía el presupuesto suficiente para realizar su producción.

La característica fundamental de este tipo de teatro era que el autor de las obras era regularmente el director de escena y también uno de los actores principales, siendo así artistas muy completos.

De este modo el teatro isabelino representa un modelo de innovaciones que posteriormente serían imitadas, siendo así la base de la evolución teatral y modelo de los principios cinematográficos.

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Yunuen Alvarado Rodríguez (1989, León, Gto.) es licenciada en Letras Españolas por la Universidad de Guanajuato.