Hasta hace algunas semanas las regiones norte y centro del país presentaban un panorama muy triste, en las presas, en el campo, y sin duda había semblantes llenos de temor ante una sombría posibilidad de una prolongada sequía.

Hoy podemos ver algunas presas llenas, un campo verde y con grandes posibilidades de cosechas abundantes en un futuro muy cercano. Los balances de las lluvias ocurridas hasta el momento son bastante prometedoras y pareciera que no existe alteración alguna en el clima regional.

Sin duda el agradecer a la naturaleza, a la divinidad, en estos momentos, es un tanto irrelevante, lo que sí es sobradamente cierto es que de acuerdo a nuestro comportamiento no es algo que podamos considerar como una respuesta a nuestras acciones.

Por lo tanto hoy estamos en deuda y con una expectativa lo suficientemente buena para reconsiderar nuestras acciones en lo particular, ya que tenemos autoridades no precisamente competentes y con yerros bastante frecuentes en el tema medio ambiente.

Así que ante esta nueva oportunidad no nos queda más que reconsiderar nuestros actos diarios y ojalá podamos en lo posible reeducarnos para merecer lo que hoy se nos ha regalado y que no es otra cosa que la vida misma.

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Nativo de Guanajuato, se inició en la meteorología a la edad de 17 años con Luis Miguel Campos Castillo. Trabajó con el Ing. Miguel Izaguirre Mendoza responsable de la meteorologia, sismologia y astronomía de la UG. Fue jefe del observatorio ante la ahora desaparecida SARH. Su formación la adquirió con el Servicio Meteorológico Nacional y dentro del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua con sede en el estado de Morelos. Ingresó a la CONAGUA en 1991 y hasta el 2007 como instructor y jefe del Observatorio Meteorológico de Guanajuato. Forma parte del personal de la UG desde 1982.