Contagia Viglietti su rebeldía musical

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Guanajuato, Gto. 13 de octubre de 2013.- Hablar de  Daniel Viglietti, es hablar del canto latinoamericano, revolucionario, de fronteras abiertas, sin visas o pasaportes; es hablar de los grandes  líderes del continente,  de la lucha social y guerrillera,  del exilio, la trova y la milonga  y es sobre todo, hablar de Uruguay.

Al final del recital, el trovador de 74 años regaló varias piezas musicales más al público asistente (Foto: Carlos Olvera)

El trovador se presentó ante un público cervantino que rebasó la capacidad de del Jardín España en el San Gabriel de Barrera para traer el recuerdo de  Atahualpa Yupanqui  (seudónimo de Héctor Roberto Chavero Aramburu),  de Violeta Parra, Amparo Ochoa, Alfredo Zitarrosa,  del Che Guevara y de Mario Benedetti, entre otros.

A pesar de los problemas técnicos que retrasaron el recital casi media hora, el cantor, compositor y guitarrista mostró  porque está considerado uno de los mayores exponentes del canto popular uruguayo y en general de toda América Latina.

“Uruguay es un país muy plano, que nada tiene que ver con Guanajuato, pero en esa planicie  ahora aparecen molino de viento y en este caso el Quijote que siempre sigue vivo con su Sancho al lado, ha decidido en este caso no tocar esos molinos, porque son molinos para la energía eólica, pero es imposible mirarlos y no pensar en el Quijote, también hay que decir que los vientos en Uruguay, ahora soplan del lado del pueblo”, señaló.

Así comenzó el concierto  en un escenario austero, únicamente con la bandera uruguaya de fondo, el atril y la guitarra que fueron suficientes para traer al público, esas historias que no aparecen en los libros de la historia oficial,  de una pieza instrumental, pasó a la milonga, que es una especie del corrido que se conoce en México.

“Quisiera que estas milongas fueran un abrazo de mi pueblo y mío, agradeciendo como México, en tiempos nuestros muy difíciles en el sur”, dijo.

El recital que llevó por nombre Canciones Humanas, que lo mismo podría decirse que son canciones de amor, de esas que desconocen las fronteras y que invitan amarse entre naciones; llegaron las piezas argentinas de Atahualpa Yupanqui  y enseguida el recuerdo inmenso de Ernesto Che Guevara.

“Nacido en Argentina, pasó por México, fue cubano, supo ser africano y supo ser al final boliviano, ya saben de quién estoy hablando, porque aquí hay secretos públicos”,  señaló.

Viglietti, saludo al embajador de Uruguay Jorge Alberto Delgado Fernández, presente en el evento y rebautizó la canción de América, como Canción para Nuestra América, de su autoría.

Interpretó algunas de esas canciones de cuna  que los trovadores libres, usan para despertar conciencias, que arrancaron los aplausos del público.

Al final la ovación fue de pie, lo que obligó al trovador de 74 años, a interpretar un par de piezas más antes  de despedirse.