Transmiten emociones a través de la palabra

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Guanajuato, Gto. 18 de octubre del 2013.- Escritores de Puebla y Guanajuato expusieron sus inspiraciones de poesía y narrativa en el programa “Compartir la palabra” en el Festival Internacional Cervantino.

La mesa de lectura se realizó en la Escuela de Filosofía, Letras e Historia de la UG (Foto: Especial)

La mesa de lectura se estableció en el auditorio Ernesto Scheffler de la facultad de Filosofía, Letras e Historia de la Universidad de Guanajuato en donde participaron los escritores José Luis Zárate y Miguel Pérez Maldonado por parte de Puebla, además de Edgar Cardoza, Eugenio Mancera y Sergio Luna por el estado de Guanajuato.

En su intervención, Zárate expuso su twitteratura y flashazos literarios que emanan de símbolos de cuentos o de acciones de la vida diaria de cualquier individuo.

Explicó que el concepto trata de hacer sátira y comicidad de la cotidianidad, pero apegada a dichos populares, para reírse o lamentarse, pero sin dejar de lado el aprendizaje que deriva de una anécdota propia o de el de enfrente.

Este escritor remembró que la importancia del individuo es nunca dejar de ser y hacer lo que se quiere, sin importar consecuencias, pues al fin y al cabo ya se sabe con antelación qué pasará ante acciones previstas, y para ello leyó una serie de escritos que denominó Cuentos Diarios, además de frases del Poliamor.

Por su parte, Pérez Maldonado enfatizó al protagonista antagónico del clásico de Caperucita Roja al citar al Lobo como el ente primordial de inspiración para mostrar que, finalmente, es un personaje positivo del que pueden derivar analogías adoptables para salir avante en la vida diaria.

Edgar Cardozo es originario de Irapuato y es escritor independiente que enfatiza en la poesía amorosa y de temas bíblicos adaptados a vivencias propias. En su intervención resaltó su Poema cursi para una muñeca inflable, donde la musa de inspiración tiene cualquier nombre, eso es lo de menos; donde la muñeca de látex es buena compañía ante la soledad, quita el frío y sobre todo, es preferible tenerla por su perfección física y su silencio a réplicas.

La tendencia al amor continuó en el recinto, pero con crudeza reducida, con la intervención del catedrático celayense Eugenio Mancera, quien con su poema Desolación en el Tajo ofreció una narrativa sopesada de realidad tangible con romanticismo.

Sergio Luna, también de Celaya, ofreció sus escritos con tendencia intimista y amorosa. Enfatizó en su inspiración derivada de su labor diaria entre el antelado estudio de letras y sus oficios de carpintero y de escritor, que permitieron hacer de una simple silla de madera un tesoro poético con altos énfasis perfeccionistas dedicados a nadie y a cualesquiera que ocupase esa silla.