El Laberinto

De relaciones y diagramas

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De cómo la deconstrucción permite la convivencia grupal al reinventarnos.

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Para mis amigos del “D”

Siempre me ha sorprendido como dentro del grupo de amigos que consolidamos desde la preparatoria, la relación entre cada uno de los miembros es distinta entre si y el sabor de las reuniones varia increíblemente dependiendo quienes nos encontremos presentes, dando como resultado que ninguna sea igual a la anterior, a pesar de la gran cantidad de tiempo que llevamos conviviendo.

Igualmente cada noviazgo tiene su propio sabor, sus prácticas recurrentes, su lenguaje, sus vicios, problemas y virtudes, un planeta particular nace en el momento en que dos personas se encuentran y desaparece cuando se separan, todos dejamos una huella distinta en aquellos que deciden compartir una parte de sus vidas con nosotros.

Utilizando los diagramas de Venn (1880) para pensar en esto, podemos representarnos en un espacio delimitado al que llaman universo del discurso, pues nada se da en el vacío, como unos círculos cerrados que al cruzarse entre ellos crean nuevas áreas.

Si además agregamos que cada sector del circulo representa un ámbito de la vida, podemos pensar que en la medida en que no sean excluyentes la experiencia de convivencia se verá enriquecida con la llegada de nuevos elementos, como cuando los amigos de distintos espacios se conocen y se tratan bien o cuando una pareja conoce a la familia y se acopla con ellos. Por el contrario si el resto de las relaciones son nocivas para el individuo y conoce a alguien que puede crear un nuevo espacio esto llega a ser liberador y positivo.

Aunque la posición de los círculos sea la misma, la porción del espacio que observamos cuando ubicamos nuestra atención en una de las intersecciones, esta es distinta a la que vemos desde otro punto del mismo sistema, teniendo la cualidad de ir expandiendo nuestra presencia y visión con respecto al universo al que pertenecemos, los afectos nos muestran puntos ciegos del contexto en que vivimos y de nosotros mismos.

Es lindo pensar que nuestro sitio es irremplazable, que podemos conocer más a través de los otros y da para reflexionar sobre el tipo de conjuntos que solemos formar y la parte de las personalidades sobre las que fijamos nuestras intersecciones, todos tenemos la posibilidad de reinventarnos en cada nuevo contacto.

Ésta teoría también aplica para lo que aprendemos y para las actividades que realizamos formando conjuntos únicos para conocer, será por eso que mis amigos nunca me han aburrido, ya que seguimos siendo personas en construcción que siempre tienen facetas nuevas que ofrecer.