LA INCREÍBLE Y FELIZ HISTORIA DE LA CASA ENCANTADA Y DEL CASERO COMPRENSIVO

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En 1965, mientras escribía Cien años de soledad en una casa rentada del sur de la Ciudad de México, Gabriel García Márquez se descubrió sin dinero para pagar el mes siguiente y con la perspectiva de no poder cubrir tampoco los posteriores.

A la inevitable llamada de su casero, el señor Luis Coudurier, Mercedes Barcha obtuvo de él la comprensión de la circunstancia familiar y el acuerdo para esperar nueve meses el pago de la deuda que se acumulara (nueve meses, como si de un parto se tratara: y sí).

A la pregunta “¿le firmamos algo?”, Coudurier respondió “con su palabra me basta”. La historia posterior de ese libro se conoce universalmente, la de la casa donde se escribió, mucho menos, y al ser también maravillosa debe contarse.

Muchos años después, cuando la obra de García Márquez había sido coronada con el Premio Nobel de Literatura y el escritor tenía largo tiempo de ser amigo de su viejo casero, éste le dijo un día que la casa situada en Calle de la Loma número 19 tendría que convertirse en un sitio dedicado a seguir produciendo literatura.

El comentario quedó flotando en el aire, pero no se disipó.

Pasado el tiempo, cuando el escritor y don Luis habían dejado de estar en este mundo, Laura Coudurier, la hija del casero comprensivo, decidió cumplir la palabra de su padre. Para hacerlo, se puso en contacto con la Fundación para las Letras Mexicanas, cuyo patronato aceptó la donación, consumada apenas unos días antes de iniciarse el confinamiento mundial por la pandemia del Covid-19, el 18 de febrero de 2020.

A partir de esa fecha, en la célebre finca del sur de la Ciudad de México, rodeada de árboles, funciona la “Casa Estudio Cien años de soledad”, creada con el fin de realizar actividades gratuitas de fomento a la literatura, mantener un Programa de residencias, presentar conferencias y otras más, todo eso bajo la coordinación de los escritores Juan Villoro y Geney Beltrán, apoyados por un eficaz (y pequeño) equipo de colaboradores.

Dos han sido las actividades inaugurales de la Casa Estudio: un seminario sobre narradoras latinoamericanas impartido por Lucía Melgar, y otro dedicado a revisar cada uno de los libros de García Márquez a cargo de Juan Villoro; ambos llevan 11 sesiones semanales, no han concluido y siguen abiertos a quienes quieran seguirlos por la cuenta de Facebook @casaestudiocien.

Pero la cosa no acaba ahí: a partir del sábado 24 de abril de 2021, la FLM y la Casa Estudio comenzarán a transmitir las sesiones de un proyecto mayor: el Seminario “Introducción a la Literatura Moderna y Contemporánea de México”, que se extenderá a lo largo de 11 meses y contará con expositores de gran calidad, entre ellos Liliana Weinberg, Vicente Quirarte, Christopher Domínguez, Rafael Olea, Magali Tercero, Patrick Johanson, Javier Garciadiego y Edith Negrín, entre muchos más.

El seminario tendrá 40 sesiones de tres horas cada una, sólo los sábados y naturalmente con recesos en ciertas fechas. Y es gratuito.

Lo emocionante tiene forma de promesa: si la epidemia lo permite, las sesiones futuras se transmitirán desde la habitación misma en que el genio colombiano compuso Cien años de soledad, llamada con justicia “La cueva mágica”. Mientras tanto, una ventana hacia esa cueva se abre a partir del sábado 24 de abril, y en ella caben todos.